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    Un vuelo directo desde Zaragoza nos deja en Cluj-Napoca, segunda ciudad de Rumanía y considerada capital de Transilvania. Desde aquí realizaremos un recorrido circular acompañando la cordillera de los Cárpatos. 
    Sin más demora, montamos las bicicletas, colocamos las alforjas y nos echamos a la carretera dirección a los montes Apuseni. 




    Pese a rodar por zona rural, nos sorprende encontrarnos una sociedad mucha más moderna de la que teníamos en mente.



    Los montes Apuseni nos ofrecen paisajes muy bellos, deslucidos en parte por la persistente lluvia de la segunda jornada de pedaleo. Por suerte, ésta remite y da paso a unas jornadas soleadas que nos permite disfrutar del pedaleo y su entorno.






    A los pies de la cordillera de los Cárpatos se asientan algunas de las ciudades más bellas de Rumanía, como Alba Iulia y su inmaculada ciudadela.




    Sibiu es otra populosa ciudad de Transilvania, con un precioso casco histórico lleno de vida.



    Ciclamos ahora por un terreno ondulado salpicado de pequeñas colinas y con una sosegada vida rural. De esta manera, nos acercamos a Cartisoara, a los pies de la mítica carretera Transfagarasan. 



    Es domingo y madrugamos con la intención de ascender el largo puerto que cruza la cordillera junto  a las cimas más altas del país. Una espectacular carretera nos conducirá hasta el lago Balea, donde centenares de turistas se concentran para visitar tan impresionantes paisajes.





    Un largo túnel atraviesa la montaña en la zona más alta y tras cruzarlo tenemos por delante un largo y vertiginoso descenso. A mitad de éste, al llegar a la altura del lago Vidraru la carretera se bifurca. Unos metros antes me paro a quitarme el cortavientos. Cuando llego al cruce mis compañeros no están. Estoy seguro que han continuado por el asfalto... 
- ¿Qué hago?
- Continuo por asfalto acompañado del denso tráfico del finde semana, o me meto por la solitaria pista que bordea el lago por su margen derecha y por donde unos meses antes, Jon tuvo un inesperado encuentro con un oso???


    Con la esperanza del cruzarme con algún despistado plantígrado, tomo la variante sin asfalto y disfruto durante una veintena de kilómetros de un solitario camino atravesando densos hayedos.              Disfruto avistando decenas de boletus, pero ni rastro de animales salvajes.

    Mi sorpresa al juntarme de nuevo con el asfalto y con mis compañeros de viaje, es que éstos sí han podido deleitarse, no con la presencia de un oso, sino con una numerosa familia de éstos.



    Abandonamos la vía principal y nos adentramos de nuevo en las montañas por carreteras secundarias, que dan el relevo a pistas y estas últimas a embarrados senderos que nos obligan en ocasiones a empujar nuestras bicicletas. En contrapartida, pintorescas escenas rurales... 





    En las inmediaciones del pequeño pueblo de Corvi encontramos una curiosa ermita excavada en la roca con pinturas en su interior.






    Abandonamos de nuevo la carretera principal que se dirige a Brasov, para adentrarnos en el parque nacional Piatra Craiului. 
    De nuevo rodamos por un tranquilo e impresionante entorno.








    Desde Sirnea y con la intención de no descender de nuevo a la carretera principal, buscamos una ruta alternativa que nos obliga a empujar nuestras bicicletas en algunos tramos. Por suerte, los lindos paisajes ayudan a olvidar el sufrimiento.





    De esta manera llegamos a Zarnesti, lugar que elegimos como campamento base para hacer algunas excursiones por los alrededores. 
    En bicicleta nos acercamos a Bran y su famosos castillo supuestamente habitado en tiempos por el personaje más famoso de Transilvania.
    También aprovechamos la proximidad al parque nacional Piatra Craiului para adentrarnos caminando a su salvaje entorno.




    Cerca de Zarnesti se encuentra también una reserva que alberga entre otros animales, osos llegados de lugares en los que vivían en cautividad en condiciones muchas veces extremas. Ahora, disfrutan sus últimos años en semilibertad para deleite de algunos turistas que no hemos tenido la fortuna de verlos en su hábitat natural.


    Desde Zarnesti también tomamos un tren que nos acerque a Brasov, evitando entrar en bicicleta a esta ciudad.






    Desde Brasov aprovechamos también para hacer alguna excursión como a la iglesia fortificada de Harman, o a la localidad de Rasnov y su deshabitada ciudadela.




    Con energías renovadas después de unos días de "descanso" tomamos de nuevo las bicicletas.
    Abandonamos la cordillera de los Cárpatos y por una ondulante carretera nos dirigimos hacia Cluj. Pero antes, por el camino visitaremos algunos atractivos turísticos como la ermita rupícola de Sinca Veche o algunas de las muchas iglesias fortificadas de este antiguo territorio sajón.


    Parada obligatoria es también la ciudad de Fagarás y su preciosa ciudadela.







   Mención aparte merece el casco histórico de la ciudad de Sighisoara. Donde disfrutaremos recorriendo sus empedradas calles y sus coloridos edificios.




    Continuamos por territorio sajón y pedaleamos hasta la villa de Biertan, considerada junto con su iglesia fortificada patrimonio mundial.


    En Turda, a apenas una jornada de pedaleo del final de la ruta, nos acercamos a unas antiguas minas de sal, convertidas ahora en parque temático en las entrañas de la tierra.


    Y tras tres semanas de ruta arribamos a Cluj-Napoca, donde damos por finalizado el periplo por Rumanía.